domingo, 29 de enero de 2017

Las cuadras.

Jsmingus: Lore Toki PSI.
Con capacidad para cien ejemplares.
 

























Jsmingus-11: Oroquieta & Sancho PSI.
Con capacidad para diez ejemplares.
                                          
     












Jsmingus-1: Yeguada Lucero PSI.
Con capacidad para diez ejemplares.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Una historia pasada.

La Yeguada Militar de Lore Toki fue desmantelada hace unos años de su lugar habitual. Me parece que se trasladó a Cantabria. La especulación del suelo.
Como su propio nombre indica, la propiedad pertenece a los militares, mas concretamente, al Ministerio de Defensa español.
La Yeguada siempre ha sido muy querida en Guipuzcoa y la chaquetilla roja con la cruz de San Andrés verde, símbolo de admiración entre los aficionados al turf. ¡Cómo han cambiado los tiempos!.
Los terrenos de la yeguada se situaban junto a la nacional I  Madrid-Irún, en el barrio de Añorga. Desde la carretera, se veía una ladera muy empinada con un prado siempre verde donde pacían yeguas madres y sementales con sus potrillos.
Siempre puntera en la cría del PSI, también disponía de ejemplares que corrían para sus colores, habitualmente aquellos productos que no conseguían vender en sus célebres subastas de agosto. En Lore Toki, a cada potrada se le adjudicaba los nombres en función del orden alfabético. Muy interesante fue la generación de la Z, con Zalduendo a la cabeza, o Zatopek, Zoshka, Zapita... la A tampoco estuvo nada mal , con Arameo o Andross.
Después han venido años mucho peores, y hoy en día, tan sólo se ven sus colores en la temporada estival del Hipódromo de Lasarte.

Una meditación.

Es rara esta afición. Porque, evidentemente,  de eso se trata. Si viene desde muy pequeño, poca dudas existen acerca de las causas originarias: escasas aptitudes deportivas y/o baja capacidad social.
No imagino a un chaval de doce años, charlando con sus amigos en el patio del colegio, sobre la última jornada celebrada en éste o aquel hipódromo.
En la mayoría de las ocasiones, el interés procede de arriba, de las altas instancias. El padre lleva a la familia a pasar un día en las carreras y lo que uno ve, escucha e imagina le pilla por los huevos, como una buena canción de rock. Así de sencillo.
¿Y qué puede provocar ver a unos PSI (pura sangre inglés) galopar por la hierba?. Todo o casi todo: velocidad, potencia, riesgo, fuerza, emoción, apuestas, incidencias, estética, observación. ¿No son cosas que pedimos a la vida?. Pues eso.

Una explicación (I).

Tendría unos quince años cuando el viejo me llevó por primera vez al Hipódromo de Lasarte. Espera, lo miraré en alguna base de datos. Año 1983. Trece añitos.  Ahora, los tontos a las tres, lo llaman Hipódromo de San Sebastián. Chorradas. Era un día grande. Quince de agosto. Quizás, el día más grande de la temporada de carreras de caballos del verano. Se iba a disputar la Copa de Oro sobre los ya clásicos 2.400 metros. Yo no tenía ni idea de lo que vendría después de conocer algo tan extraño.